Prácticas para lograr una mejor inclusión laboral

Incorporar a personas con diversas habilidades a nuestro ambiente laboral, trae grandes beneficios a la empresa. Su aporte a la integración social genera mejoras en el espacio de trabajo, y de la misma forma, brinda una imagen positiva a la organización. Sin embargo, para lograr una inclusión eficaz, es necesario asesorarse con especialistas.

Cada día más organizaciones del mundo público y empresarial incorporan políticas inclusivas. Pero para que la integración de nuevos trabajadores, tanto a las dinámicas de trabajo como al lugar sea correcta, es importante que las empresas o instituciones se asesoren de especialistas multidisciplinarios que orienten las prácticas para una adecuada inclusión.

El objetivo es lograr que la experiencia sea beneficiosa para todos y todas, por ello detallamos algunos aspectos claves para lograrlo.

¿Cómo crear un ambiente inclusivo?

Uno de los desafíos de la inclusión es lograr un equilibrio entre facilidades y dificultades para una persona que tenga problemas de desplazamiento o motores. Por eso, es de suma importancia para tu organización que el equipo asesor evalúe:

• El terreno e instalaciones: de esta forma sabrás si debes hacer modificaciones en el trayecto y quienes podrán desplazarse por el lugar.
• Lugar de trabajo: el ámbito ergonómico puede requerir hacer algunos ajustes pensando en los trabajadores que tengan problemas de motricidad. Por ello, es necesario evaluar cambios o perfil de trabajador para el puesto.

Una vez definidas esas necesidades, cambios y objetivos, podrás avanzar hacia la incorporación efectiva de nuevos integrantes a tu equipo.

Buenas prácticas de inclusión laboral

• Selección de personas: el equipo de selección debe estar capacitado y conocer el perfil profesional que buscan. De esta forma, los criterios de evaluación serán los mismos que para la contratación de cualquier otro trabajador.
• Capacitar al equipo: los futuros compañeros de trabajo deben estar informados previamente sobre las políticas inclusivas. De esta forma se relacionarán mejor con la persona y conocerán los beneficios de su incorporación.
• Capacitación del trabajador: la inducción sobre labores, puesto de trabajo, historia institucional, prevención de riesgos, etc. es necesaria para cualquier nuevo empleado. Sin embargo, en estos casos, es recomendable apoyar el primer día de trabajo y hacer un seguimiento al desempeño que derive en una evaluación del proceso, tras unos seis u ocho meses.

Reconocer el valor de todas las trabajadoras y trabajadores por igual, es parte del proceso. Es importante no caer en discriminación positiva y regirse bajos las normas de la Dirección del Trabajo sobre discriminación laboral.​