Golpearnos la cabeza, ya sea por una caída o por impacto con elementos que están en altura, es un accidente al que estamos bastante acostumbrados. Por esta razón no podemos olvidar la importancia de prestar atención a ciertos signos que podrían indicar que no se trata solo de una molesta contusión, sino que de algo más grave.
Los golpes en la cabeza nunca tienen las mismas consecuencias. Sus secuelas siempre dependerán de variables como la edad, la fuerza del impacto y las características fisiológicas de la persona, ya que cada organismo reacciona de forma particular.
Estos accidentes no siempre generan un traumatismo encéfalo craneano (TEC), ya que algunos casos solo son contusiones que requieren de cuidados menores. Los TECs se producen cuando el impacto es tan fuerte que tiene repercusiones a nivel cerebral y pueden ser de dos tipos:
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